Flechó Cupido, ¡vaya puntería! Caí rendido sin son ni guía. Corre y se esconde,
Consentir a mamá, es un tributo a su amor infinito. En cada caricia, en cada palabra de aliento, ella ha tejido con hilos de ternura el refugio de nuestra existencia. Ella que nos dio ...
Queda el eco de tus pasos cruzando la alfombra. Una hebra de tu pelo enredada en la rejilla del desagüe… El amor—
Luz do Amencer Brilla a estrela no ceo dourado, canta a rula cun son namorado. Chega o alborexar, doce e calado, traza no vento camiño encantado,
Mamá, vamos juntas a pescar, pero en vez de peces, flores del m… Con nuestra red hecha de sol, atraparemos colores en un caracol. Las olas nos cantan con dulce rumo…
En la esquina gris del patio frío, se esconde un niño de alma herida, con su sombra juega al desvarío, con su pena canta sin medida. Nadie escucha el eco de su risa,
Usted es la culpable de mis penas, de este incendio que arde sin hoguera, del beso que en mis labios
En la mesa de amor brilla la estre… con aromas que envuelven la emoció… un guiso que a la noche deja huell… manjar divino, pura devoción. El maíz en la olla danza y canta,
Las flores del banquete En el jardín de los sueños hay flores de mil sabores, dulces como los suspiros, crujientes como tambores.
Cada nueva mujer es un deseo, no de piel ni de carne, sino de historia, de mundos posibl… de caminos que nunca recorrimos. Es un reflejo de lo que fuimos,
Llega mi tío hoy, trae un tamborón; suena rataplán, baila mi gorrión. Viene mi tía azul,
Por el viejo senderito, donde un día te vi partir, van las hojas susurrando que aún te esperan junto a mí. Las estrellas en el cielo
Se guarda en cosas pequeñas, donde nadie lo sospecha: en la taza compartida, en la luz sobre la mesa. Se queda en la ropa vieja
Tu piel, una claridad que no ciega, sólo invita. Se posa sobre mí como el sol tibio sobre el agua.
Entre que sí y que no, la vida nos lleva, pasamos de largo, dejamos estelas. Nadie se va antes,