Con flechas y con enredos, Cupido juega travieso, lanza un dardo, yo tropiezo, y me atrapa en sus enredos. Si me escondo entre los credos,
Mamita querida, llevame al puerto, quiero pescar con mi cubito estrellas del mar.
Mujer, latido de aurora temprana, surco de viento en la piel del día… vas enhebrando con manos de sabia los hilos sutiles de la alegría. Y aunque la bruma intente callarte…
En tu bitácora, verbo y sortilegio… se quiebra el tiempo y nace lo inf… el mundo gira en un extraño rito, y el caos se ordena bajo tu consej… Cortázar, guardián de aquel azulej…
Mamá, hoy te escribo con el viento y con el sol, con palabras que navegan hasta el cielo con amor. Aquí en casa todo sigue,
En el borde del día se descuelga la luz, como si alguien hubiera olvidado cerrar del todo la ventana. La brisa apenas existe.
Toma un puñado de sombras del rincón donde nadie mira, mézclalas con agua turbia de las fuentes de la vida. Añade un suspiro hondo,
Cuando el mal te besa, no llega como tormenta, ni con estruendo en la noche; llega suave, como el susurro de un viento cálido
La ira es un fuego breve, chispa que arrasa con calma y razó… Es en la pausa donde el alma se el… es en el silencio donde nace el pe… Un río no se turba al primer guija…
Mamá, vamos a pescar florecitas en la mar. Dicen que hay rosas danzando, que van y vienen cantando. ¿Será cierto, mamá linda,
Mamá, eres luz brillante, como el sol en la mañana, una estrella que me guía y que nunca se apaga. Tus manos curan mis miedos,
Entre que sí y que no, la vida nos lleva, pasamos de largo, dejamos estelas. Nadie se va antes,
Nació mi verso en la olla hirviend… donde el agua canta su son sonoro, se hizo estrofa cuando, riendo, saltó la sal con gesto de oro. En la sartén del alba espumosa
En la bruma de mi mente, tu recuerdo siempre brilla, como el eco de un río, como luna que suspira. Te busqué por mil caminos,
Entre capotes y sombras, en la plaza se alza el día, Valentina, la torera, como un sol resplandecía. En sus manos, seda y fuego,