Se va la brisa de tu aliento,
se va tu risa de mi piel,
y queda el eco más cruel
donde era sol, hoy es lamento.
La casa es sólo un frío hueco,
las sombras danzan en la sala,
y un viejo amor que se resbala
me susurra con su eco seco.
Te irás, y aunque el tiempo pase,
en cada esquina te veré,
y aunque me oculte, sé que sé
que este dolor no se deshace.
Mas si el destino nos separa,
y el mundo deja de girar,
yo sé que siempre, sin dudar,
te extrañaré hasta en el alba.