Cargando...
Emiliano A. Castillo

Anhelo la luz de Cristo

 
 
Anhelo la luz de Cristo,
como el amanecer anhela al día,
como el río busca al mar,
y el alma sedienta su alegría.
 
Es una llama que no se apaga,
un faro en la noche oscura,
que guía al perdido, al cansado,
con promesas de amor y ternura.
 
Anhelo la luz de Cristo,
que disipa todo temor,
que convierte el lamento en canto
y la herida en sanador.
 
Es el sol que nunca se oculta,
la verdad que siempre perdura,
es la gracia inmerecida
que llena mi vida de dulzura.
 
Anhelo su luz en mis días,
cuando el mundo parece pesar;
es su brillo el que me recuerda
que en Él siempre puedo descansar.
 
Oh, luz divina, eterna y pura,
ilumina mi andar sombrío;
sé la lámpara en mi sendero,
sé refugio en mi desvío.
 
Anhelo la luz de Cristo,
no solo en la hora de mi aflicción,
sino en cada paso, en cada respiro,
en cada latido de mi corazón.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Emiliano A. Castillo...



Arriba