El viento no avanza, solo baila si… la prisa del hombre no doblega el… El agua no guarda rencor al que la… pero borra su rastro donde nadie l… La verdad es un filo que corta sin…
Usted es la culpable de mis penas, de este incendio que arde sin hoguera, del beso que en mis labios
Anhelo la luz de Cristo, como el amanecer anhela al día, como el río busca al mar, y el alma sedienta su alegría. Es una llama que no se apaga,
En tierras llanas viste la alborad… la cuna fue de nubes y azulejos, y el viento alzó sus cantos más añ… para arrullarte en luz enamorada. ¿A qué los brillos de una piedra h…
Fulgor de luna temblor dorado, luz inextinguible que en la sombra oportuna queda anclado.
Hoy desperté con el peso del tiemp… no porque los años me hayan llamad… sino porque anoche soñé que era joven. En el agua vi un reflejo fugaz,
Las voces del viento me traen rumores de antiguas historias, de viejos amores. Son cantos lejanos
Las flores del banquete En el jardín de los sueños hay flores de mil sabores, dulces como los suspiros, crujientes como tambores.
Alumbra el sol su radiante esplend… Mientras sus ojos reflejan dulzura… Alegre camina dejando su amor, Llenando los días de luz y ternura… Inspira su risa un cálido afán,
Por el viejo senderito, donde un día te vi partir, van las hojas susurrando que aún te esperan junto a mí. Las estrellas en el cielo
Un caracol muy viajero, con su casita en la espalda, salió a pasear por el prado, siguiendo la luz dorada. —¡Qué grande es el mundo entero!—
El sol asoma, brilla y juega, la casa huele a pan y miel, mamá en la mesa ya nos ruega: ¡Vengan todos, está listo el paste… Papá sonríe, cuenta un cuento,
No es el mar lo que miras, es el reflejo de un nombre sumergido en la orilla. El agua repite su sombra, te llama con su lengua de espuma,
Días verdes de bosque y sombra, días azules donde el mar asombra. Cantan las hojas con brisa callada… rompe la ola su voz despejada. Brilla en el monte la luz matutina…
Mujer, latido de aurora temprana, surco de viento en la piel del día… vas enhebrando con manos de sabia los hilos sutiles de la alegría. Y aunque la bruma intente callarte…