(2011)
#EscritoresChilenos
Balada de la mala muerte, en camino por los plueberíos de una region sin sustento en mapa… ni en consejas, ni en documentos, sola aquí ni en ninguna parte.
Días de denodado silencio, días de mudez perpetua sumergido en un obscuro pozo de aguas inmisericordes, rodeado de muertas campanas.
A veces, de repente, morirme sin despedirme, a secas, cerrar la puerta de un portazo, o lenta, lentísimamemente, mirándolos de frente, desafiante,
La casa paterna diseminada en el remolino de las edades, dispersa en fechas y domicilios cuya fachada una débil impronta de rostros furtivos en la memoria.
Un hogar de olorosa madera, un hogar vegetal exhalando su inquebrantable perfume terrestr… un hogar de luminosas resinas, un hogar de hospitalaria enramada,
De la noche hasta mi corazón llega… viajeros que vi partir desde mis h… y cuyo rumbo guiaron sucesos conmo… Regresan mustios y heridos, lloran… escrita en sangre y derrota la bit…
Su nombre pétalos rotos que ni la voz ni la tinta. Del tiempo, como mis días, y también sus pasos, como si luz ofuscada
Déjame tocar tu piel y quemarme, déjame acariciar tu cuerpo con mi mirada de varón en celo trepando las gradas de la fiebre, consumido en tus besos de piedra.
Mientras mis soldados de plomo asedien tu torre inexpugnable, y ya no levanten el sitio así pasen cientos de inviernos, o tú misma ante mí de rodillas,
Algún día de los días de la tierra, algún día del tiempo terrestre, cruzaremos la niebla
Agonizante al borde de terribles enfermedades, acosado por bestias de extinta prosapia, íntegro en la desnudez
Todo suceda de un modo que acorral… en una región de ciegas luces inve… donde un hálito letal sople, circu… lo desatado que llevo y galopa sol… Lo cruento sobre el aire de la atm…
Un ángel de luz despiadada desde la noche vendrá, un ángel de clara lectura se abrirá ante tus ojos, y nada podrán tus lobos
El día abierto de par en par, arrojando su luminosidad de novia intacta centelleante, de doncella cada día en flor, cada día iluminándome
Moriremos en otoño los poetas amortajados de niebla en la desnuda intemperie de calles al amanecer, de calles cruelmente vacías