Me hablaba la dentista
y te perdí de vista
en una vuelta de reloj.
Para ti una tontería,
para mi eternidades.
Pero sí,
sucedió.
Entonces me di cuenta,
de una forma muy violenta,
que existen mas imágenes,
que no solo es tu visión
lo que pasa por mi mente,
lo que anhelan mis ojos,
lo que encierra el corazón.
Así como de suerte
no me dolió perderte,
durante ese momento
volví a estar despierto
y así reaccioné.
Me fui imaginando
el ya no estar soñando
todo el rato con tu pelo,
con tus manos, con tus besos,
la vibra de tu voz matándome el oído,
dejando sin sentido
ese aroma prohibido
del momento tan bello
en que rocé tu cuello
todo ese destello
que ciego me dejó.
Ahora tengo esperanza,
ya no espero que la lanza
de tu lengua arrulladora,
de tu boca que devora
tu recuerdo a todas horas,
me clave en el cartón.
Poco a poco iré saliendo,
no estaré más padeciendo.
Al reloj yo se lo pido
lo que a ti es un suspiro,
lo que mi,
redención.