Roberto ávila

Aclaraciones

Era noche de quitarnos las mentiras, las pequeñas, las calladas.
De dedicarme el diccionario de tu cuerpo con espacios prolongados de canela, sin amarras.
Hacia buen tiempo para despejarme las dudas entre los brazos de esa maga;
lo que yo llamaba magia para ti era un desencuentro de nostalgias.
 
Nos contagiamos de todo, la risa, la aventura, la traición de cada viernes en su casa.
Era mis pasos aguardando sus latidos, mis manías evadiéndose al destino.
—¿Cómo te quise? es cierto; al ras de unas sábanas que no esperaban, entre el coctel y la avenida, dentro y fuera de cada madrugada.
Habíamos sido tantos que todos nos nombramos, y eras tú la sed mis manos y era yo la paz de tus días.
 
Y ahora que las tormentas son más constantes, ahora que el silencio abunda entre palabras, ahora que todo se deteriora, me es necesario llamarte a casa para aclararte que me haces falta.

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