Te siento más a la una de la mañana,
una y cuarto,
una y media.
Ayer te vi a la una...
Estábamos fuera del manto oscuro
(del que tanto te hablé);
Pero, a pesar de tenerte ahí, a tan pocos metros de tu pecho y tu boca, quiero decirte que, en cada “una” de mis madrugadas, acostada en mi cama, cerrando los ojos y recorriendo paso por paso las imágenes que me hicieron vibrar, te siento más cerquita de mi: tanto, que pudiera sentir tu cálida respiración después de un beso.
Esta sensación, amor mío,
es la que me aguanta para dejarme dormir.
23/ Febrero / 2019