A la primera capa desafiamos,
y por dentro nos morimos,
porque somos tontos y lo sabemos,
que los esfuerzos a veces no pueden con nosotros mismos.
Pero andando vamos,
y siempre lo confirmamos.
Porque ya lo sabes, y yo lo sé,
que ésto que pasa no lo podemos esconder.
Y de miradas nacen las cuestiones,
que desembocan en tantas emociones.
Pero la prisa no nos hace presa,
porque venimos con el alma dispersa.
A todo ésto, amigo-cercano,
las mañanas se aligeran y se vuelven lisas con cada una de tus visitas,
porque siempre encontramos palabras que dan risa
aunque las respuestas bailan deprisa.