Aquel momento común
que vivimos juntos:
Cuando permaneciste sentado y yo te observé,
Y te quise así,
Tu cigarro, y tú.
Mirando con calma la nada,
reposando tus labios tranquilos.
Ese momento lúcido
cuando sin saberlo, lo tenías todo.
Con el semblante en blanco
Y los ojos cautivos
Gozando de la tranquilidad absoluta.
Fue entonces cuando supe,
que pueden pasar mil tardes,
mientras las puestas del sol se esconden ante nuestros ojos,
y nada tenga más sentido que eso.
Contigo, por el simple hecho de existir,
puedo vivir.
Y que de todos los recuerdos,
de los más comunes a los más adornados,
Ese, en tu protagonista tarde,
Ahí, por siempre
Yo te quise.