Cuando te conocí venía de estar muerto
Muerto y amortajado en mis propios recuerdos
Venía de esconderme en una grave locura
que tomaba mi vida y se la ofrecía al viento
para que él la llevara a un lugar ciego lejos
libre de aquellas cosas que parecen la vida
y que la ocultan a costas de nuestra lozanía
Libre de la desdicha de ser amargo y solo
Cuando te conocí hasta el sol era enemigo
Las palabras habían huido de mi voz
Llevaba tantas noches sin tomar una mano
que era de dolor y hielo el hueso de las mías
Hoy estás allí en la intimidad de mi hamaca
tendiendo como un fauno priápico y soñoliento
el cuerpo de tu virginidad entregada
No te amo demasiado pero te necesito más que al poema