#EscritoresArgentinos
¡Ah! yo que en torno de tu sien he… Perennemente suspendida el alba, Y encenderse en el cielo de tus oj… Como una estrella el esplendor de… Ha querido mi ofrenda de poeta
Es la mañana: nardos y rosas mueve la brisa primaveral, y en los jardines las mariposas vuelan y pasan, vienen y van. Una niñita madrugadora
Iba un anciano trepando en ágil mula la sierra, desde el sombrero a la barba suelto el barbijo de seda; poncho de agreste vicuña
¿Tú piensas que te quiero por herm… Por tu dulce mirar, Por tus mejillas de color de rosa? Sí, por eso y por buena, nada más. ¿Que entregada a la música y las f…
Se sueña, se presiente, se adivina… estremécese el labio y no la nombr… el alba la ve huir de la colina velada entre los pliegues de la so… Espira el melancólico perfume
Vivaz, armonïosa, Risueña y sonrosada, El trágico coturno Crujiéndole en las plantas, Volcado el traje en opulentos plie…
Bajo el ombú corpulento, de las tórtolas amado, porque su nido han labrado allí al amparo del viento; en el amplísimo asiento
En pos del alba azulada, ya por los campos rutila del sol la grande, tranquila y victoriosa mirada. Sobre la curva lomada
Era esa pampa dilatada y sola, sin otra vida que la vida aquella que hace rodar la ola y girar en los cielos una estrella…
Ven, sigue de la mano al que te amó de niño; ven, y juntos lleguemos hasta el b… que está en la margen del paterno… ¡Oh, cuánto eres hermosa,
Con tu sonrisa embelleces Y haces tus quince lucir; Te lo habrán dicho mil veces: Blanco pimpollo pareces Que comienza a entreabrir.
El sol se oculta: inflamado el horizonte fulgura, y se extiende en la llanura ligero estambre dorado. Sopla el viento sosegado,
A bañarse en la gota de rocío Que halló en las flores vacilante… En las noches de estío Desciende el rayo de la blanca lun… Así, en las horas de celeste calma
Yo tengo mis recuerdos asidos a tu… yo te aino como se ama la sombra d… risueño compañero del alba de mi v… seíbo esplendoroso del regio Paran… Las horas del estío pasadas a tu s…