«Viento, estás loco. Hoy te has e… del mar y te has metido, todas tus poderosas furias desespe… dentro del bosque. Allí te veo, es… tus fuertes cabezazos encendidos,

Cántico de cánticos. Cantar de cantares. Canción de canciones. Encendidas están las flores, las e… muriéndose de amor, sobre todos lo…

Es más, estáis de acuerdo con los asesinos… con los jueces, con los legajos turbios de los min… con esa bala que de pronto puede h…

Adonde el viento, impávido, sublev… torres de luz contra la sangre mía… tú, billete, flor nueva, cortada en los balcones del tranví… Huyes, directa, rectamente liso,

Zarparé, al alba, del Puerto, hacia Palos de Moguer, sobre una barca sin remos. De noche, solo, ¡a la mar! y con el viento y contigo!

Viento contra viento. Yo, torre de mando, en medio. Remolinos de ciudades bajan los desfiladeros. Ciudades del viento sur,

PRÓLOGO No habían cumplido años ni la rosa… Todo, anterior al balido y al llan… Cuando la luz ignoraba todavía si el mar nacería niño o niña.

Por la tarde, ya al subir; por la noche, ya al bajar; yo quiero pisar la nieve azul del jacarandá. ¿Es azul, tarde delante?

Alguien barre y canta y barre (zuecos en la madrugada). Alguien

l Pensad en aquella hora: cuando se rebelaron contra un rey… los ojos invisibles de las alcobas… Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!

«Yo me siento muy andaluz, pero no de esa manera localista (...): un andaluz un poco de circunstancias, un andaluz un poco gracioso. Eso no me entusiasma, porque los andaluces de la gen...

erás entre meadas y meadas, más meadas de todas las larguras: unas de perros, otras son de curas y otra quizá de monjas disfrazadas… .

Mar, aunque soy hijo tuyo, quiero decirte: “!Hija mía! Y llamarte, al arrullarte: Marecita —madrecita—,!marecita de mi sangre…