#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #Generación27
Del barco que yo tuviera serías tu la costurera. Las jarcias, de seda fina; de fina holanda, la vela. ¿Y el hilo marinerita?
«Para mí, tú: la poesía, el bello sur, donde los vinos por las laderas y caminos derraman fuentes de alegría. ¿Qué hacer en ti sino cantar
Tú no sabes lo que es eso y ojalá nunca lo sepas en la boca el colorete, las melenitas cortadas, el cuerpo sobre la falda,
¡Oh poesía hermosa, fuerte y dulce… mi solo mar al fin, que siempre vu… ¿Cómo vas a dejarme, cómo un día puede, ciego, pensar en tu abandon… .
Mañanita fría. ¡Se ha muerto el mar! La nave que yo tenía ya no podrá navegar. —Mañanita fría,
De pronto, en Roma no hay nadie: no hay ni perro que me muerda, no hay ni gato que me arañe, no hay ni puerta que se abra, no hay ni balcón que me llame,
Decidme de una vez si no fue alegr… 5 x 5 entonces no eran todavía 25 ni el alba había pensado en la neg… Yo te juro a la luna no ser cocine… tú me juras a la luna no ser cocin…
Gentes de las esquinas de pueblos y naciones que no están… comentaban. —Ese hombre está muerto y no lo sabe.
«Viento, estás loco. Hoy te has e… del mar y te has metido, todas tus poderosas furias desespe… dentro del bosque. Allí te veo, es… tus fuertes cabezazos encendidos,
Dejé por ti mis bosques, mi perdid… arboleda, mis perros desvelados, mis capitales años desterrados hasta casi el invierno de la vida. Dejé un temblor, dejé una sacudida…
¡Quiero retratarme, quiero, con mi traje de lancero, con mi casco y su plumero, y quiero ser el primero! Quietecito, quietecito
¡Arriba, trabajadores madrugadores! ¡En una mulita parda baja la aurora a la plaza el aura de los clamores,
Te digo adiós, amor, y no estoy tr… Gracias, mi amor, por lo que ya me… un solo beso lento y prolongado que se truncó en dolor cuando part… No supiste entender, no comprendis…
Oh tú, mi amor, la de subidos seno… en punta de rubíes levantados, los más firmes, pulidos, deseados, llenos de luz y de penumbras lleno… Hermosos, dulces, mágicos, serenos
Mil novecientos diecisiete. Mi adolescencia: la locura por una caja de pintura, un lienzo en blanco, un caballete. Felicidad de mi equipaje