El olvido no es victoria sobre el mal ni sobre nada y si es la forma velada de burlarse de la historia para eso está la memoria
ante la lúgubre manía de vivir esta recóndita humorada de vivir te arrastra Alejandra no lo niegue… hoy te miraste en el espejo y te fuiste triste estabas sola
¿Quién los ve andar por la ciudad si todos están ciegos? Ellos se toman de la mano: algo ha… entre sus dedos, lenguas dulces lamen la húmeda palma, corren por…
En la casa de las pinturas Comienza a cantar, Ensaya el canto, Derrama flores, Alegra el canto.
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacer...
Del nicho helado en que los hombre… te bajaré a la tierra humilde y so… Que he de dormirme en ella los hom… y que hemos de soñar sobre la mism… Te acostaré en la tierra soleada c…
A caballo en el quicio del mundo un soñador jugaba al sí y al no Las lluvias de colores emigraban al país de los amores Bandadas de flores
Sólo una cosa no hay. Es el olvid… Dios, que salva el metal, salva la… y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han… Ya todo está. Los miles de reflej…
Si supieras, si sólo una milésima, si sólo un pedacito, un lado de mí misma conocieras sabrías que estoy hecha de ciruela…
Mata su luz un fuego abandonado. Sube su canto un pájaro enamorado. Tantas criaturas ávidas en mi sile… y esta pequeña lluvia que me acomp…
Escuela hermosa y divina Hoy vengo a decirte adiós Mi curso ya se termina Y eso me quiebra la voz Me voy en el alma rota
Mira gaucho salvajón que no pierdo la esperanza y no es chanza de hacerte probar que cosa es «Tin Tin y Refalosa»
El Cid se dirige contra tierras d… Aquí se empieza el poema de Mío C… Ya ha poblado Mío Cid aquel puert… se aleja de Zaragoza y de las tier… atrás se ha dejado Huesca y el cam…
Todo es noche, noche oscura, Ya no veo la hermosura De la luna refuljente, Del astro resplandeciente Sólo siento su calor.
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
Mis ojos de plaza pública Mis ojos de silencio y de desierto El dulce tumulto interno La soledad que se despierta Cuando el perfume se separa de las…
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la...
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fi...
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda… Fosforece la luna sobre las aguas… Andan días iguales persiguiéndose. Se desciñe la niebla en danzantes…
Si quisieras oír lo que me digo en… el rubor de tu rostro sería la rec… Son palabras tan íntimas como mi p… que padece el dolor de tu implacab… Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un…
Azul de aquella cumbre tan lejana hacia la cual mi pensamiento vuela bajo la paz azul de la mañana, ¡color que tantas cosas me revela! Azul que del azul del cielo emana,
Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al d… se tiene al que cabalga en el cuad… y al del coche que empuja la insti… y al niño gringo que carga la crio…
Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía, del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y e...
La calavera, el corazón secreto, los caminos de sangre que no veo, los túneles del sueño, ese Proteo, las vísceras, la nuca, el esquelet… Soy esas cosas. Increíblemente
Yo quiero ser llorando el hortelan… de la tierra que ocupas y estercol… compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento…
En mi cara redondita tengo ojos y nariz, y también una boquita para hablar y sonreír. Con mis ojos veo todo,
Aunque hoy cumplas trescientos treinta y seis meses la matusalénica edad no se te nota… en el instante en que vencen los c… entrás a averiguar la alegría del…
La rosa, la inmarcesible rosa que no canto, la que es peso y fragancia, la del negro jardín en la alta noc… la de cualquier jardín y cualquier…
Una mora de Trípoli tenía Una perla rosada, una gran perla: Y la echó con desdén al mar un día… —«¡Siempre la misma! ¡ya me cansa… Pocos años después, junto a la roc…
Lástima siento, bella flor de un d… que irradias tanto encanto y lozan… naces hoy, pronto te verás marchit… vertiendo esa fragancia de Afrodit… Tan suave, bella y dulce como miel…
Las calles de Buenos Aires ya son mi entraña. No las ávidas calles, incómodas de turba y ajetreo, sino las calles desganadas del bar…
Miradme aquí, clavada en una silla, escribiendo una carta a las paloma… Miradme aquí, s que ahora podéis mirarme.
Ellos se conocieron por casualidad, que es como se suelen encontrar los grandes amores, casi siempre por casualidad, por una llamada equivocada, por un encuentro fortuito. A ellos lo qu...
El infierno de Dios no necesita el esplendor del fuego. Cuando el… Universal retumbe en las trompetas y la tierra publique sus entrañas y resurjan del polvo las naciones
Yo la amé, y era de otro, que tamb… Perdónala Señor, porque la culpa… Después de haber besado sus cabell… nada importa la culpa, pues no imp… Fue un pecado quererla, Señor, y,…
Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana… en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la maña… El dueño fui de mi jardín de sueño…
Tu cabellera tiene más años que mi… Pero sus ondas negras aun no han h… Y tu mirada es buena para quitar l… Y tu palabra es música que al cora… Tu mano fina y larga de Belkis, m…
Quisimos aprender la despedida y rompimos la alianza que juntaba al amigo con la amiga. Y alzamos la distancia entre las amistades divididas.
el comienzo el cimiento la simiente latente la palabra en la punta de la lengu…
La noche / 1… No consigo dormir. Tengo una muje… La noche / 2… Arránqueme, Señora, las ropas y l… La noche / 3…
El tiempo, insinuándose en tu cuer… tal la nube de polvo en fuente pur… aquella gracia antigua desordena y clava en mí una pena silenciosa. Otros antes que yo vieron un’ día,
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendi… porque nunca me diste ni esperanza… ni trabajos injustos, ni pena inme… porque veo al final de mi rudo cam… que yo fui el arquitecto de mi pro…
Hojas del árbol caídas juguetes del viento son: ¡Las ilusiones perdidas ¡ay! son hojas desprendidas del árbol del corazón!
En aquel preciso momento el hombre… Qué no daría yo por la dicha de estar a tu lado en Islandia bajo el gran día inmóvil y de compartir el ahora
Les tocó en suerte una época extra… El planeta había sido parcelado en… cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico,
Vengo de allá de la ciénaga, del redimido pantano. Traigo un manojo de anécdotas profundas, que se me entraron por el tronco de la sangre
Granada, calle de Elvira, donde viven las manolas, las que se van a la Alhambra, las tres y las cuatro solas. Una vestida de verde,
Según díceres públicos doña Pánfa… O pudiera ser víctima de apoplétic… Su exorbitante estómago era el más… Fenómeno volcánico su incesante ja… Sus fámulos y adláteres la apodaba…
Cuerpo de mujer, blancas colinas,… te pareces al mundo en tu actitud… Mi cuerpo de labriego salvaje te s… y hace saltar el hijo del fondo de… Fui solo como un túnel. De mí huí…
1. Es tiempo de que vuelvas: es tiempo de que tornes... No más de insano amor en festines, con mirto y rosa y pálidos jazmine… tu pecho varonil, tu pecho exornes…
Partir en cuerpo y alma partir. Partir deshacerse de las miradas
Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas hierbas que cogía. ¿Habrá otro, entre sí decía,
Azul loco y verde loco del lino en rama y en flor. Mareando de oleadas baila el lindo azuleador. Cuando el azul se deshoja,
Madre, te bendigo porque supiste h… de tu hijo un hombre real y entera… Él triunfará en la vida. Se marcha… de hablar de su regreso. Cuando ve… en un día de fiesta, un viador que…
En la honda noche universal que apenas contradicen los faroles una racha perdida ha ofendido las calles taciturnas como presentimiento tembloroso
Los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conserva...
Me vio como se mira al través de u… o del aire o de nada. Y entonces supe: yo no estaba allí ni en ninguna otra parte
Hay dos caminos para de tu cuerpo… Hay dos personas donde solo una h… Somos de uno pero la pasión de dos… Jugamos sin juegos y sin corazón… Caemos porque el amor de nosotros…
Las traslúcidas manos del judío labran en la penumbra los cristale… y la tarde que muere es miedo y fr… (Las tardes a las tardes son igual… Las manos y el espacio de jacinto
Ahora contaremos doce y nos quedamos todos quietos. Por una vez sobre la tierra no hablemos en ningún idioma, por un segundo detengámonos,