Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro—(¡oh, cruel, horrible destierro!)—¿cómo es que tú, hermana harmoniosa, haces cantar al cielo gris, tu pajarera de ruiseñores, tu form...

¿Dar posada al peregrino?... A uno di posada ayer; y hoy, prosiguió su camino llevándose a mi mujer.

Cleopompo y Heliodemo, cuya filos… es idéntica, gustan dialogar bajo… palio del platanar. Allí Cleopomp… la manzana epicúrea y Heliodemo fí… al aire su confianza en la eterna…

Don Gil, Don Juán, Don Lope, D… ¿cúya es esta cabeza soberbia? ¿es… ¿esos ojos de jaspe? ¿esa barba de… Este fué un caballero que persigui… Cien veces hizo cosas tan sonoras…

Mira, no me digas más: ¡que otra palabra como ésa tal vez me pueda matar!

Pues si el torno de la Inclusa es un buzón verdadero, ¿adónde llevan los ángeles las cartas para el infierno?

Vivió el pobre en la miseria, nadie le oyó en su desgracia; cuando fue a pedir limosna lo arrojaron de una casa. Después que murió mendigo,

Oh ruido divino, Oh ruido sonoro! Lanzó la alondra matinal el trino y sobre ese preludio cristalino, los caballos de oro

¡Oh, luz mía! Te adoro con toda el alma; tu recuerdo es l… de mi esperanza. Corazón mío, ¡vieras, con mi silencio,