#EscritoresEspañoles
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Hace unos minutos que ha recibido la llamada, y desde entonces no ha soltado el… Qué tristes son las lágrimas de un viejo,
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Después de haber visto el mundo, a través de una botella, durante más de quince años, ahora –pasada ya la cumbre de la r…
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más