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A una España joven ...Fue un tiempo de mentira, de in… la malherida España, de Carnaval… nos la pusieron, pobre y escuálida… para que no acertara la mano con l…
Es mediodía. Un parque. Invierno. Blancas sendas; simétricos montículos y ramas esqueléticas. Bajo el invernadero,
Y nunca más la tierra de ceniza he de volver a ver, que el Duero a… ¡Oh loma de Santana, ancha y maci… placeta del Mirón; desierta plaza con el sol de la tarde en mis balc…
El río despierta. En el aire oscuro, sólo el río suena. ¡Oh, canción amarga del agua en la piedra!
La venta de Cidones está en la ca… que va de Soria a Burgos. Leonard… que llaman la Ruipérez, es una vie… que aviva el fuego donde borbolla… Ruipérez, el ventero, un viejo dim…
Yo meditaba absorto, devanando los hilos del hastío y la tristeza… cuando llegó a mi oído, por la ventana de mi estancia, abi… a una caliente noche de verano,
Es el hospicio, el viejo hospicio… el caserón ruinoso de ennegrecidas… en donde los vencejos anidan en ve… y graznan en las noches de inviern… Con su frontón al Norte, entre lo…
La tarde todavía dará incienso de oro a tu plegaria… y quizás el cenit de un nuevo día amenguará tu sombra solitaria. Mas no es tu fiesta el Ultramar l…
La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga… Allá, sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blan…
Esta leyenda en sabio romance camp… ni arcaico ni moderno, por Valle—… revela en los halagos de un viento… la santa flor de alma que nunca se… Es la leyenda campo y campo. Un p…
A los señores de Masriera, en recuerdo de una expedición a El… ¡Encinares castellanos en laderas y altozanos, serrijones y colinas
Crear fiestas de amores en nuestro amor pensamos, quemar nuevos aromas en montes no… y guardar el secreto de nuestros rostros pálidos,
Tus ojos me recuerdan las noches de verano, negras noches sin luna, orilla al mar salado, y el chispear de estrellas
Porque leídas fueron las palabras de Saulo, y en este claro día hay ciruelos en flor y almendros r… y torres con cigüeñas,
La tarde caía triste y polvorienta. El agua cantaba su copla plebeya en los cangilones