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Estrella, estoy triste. Tú dime si otra congo mi alma viste. —Hay otra más triste. —Estoy sola, estrella.
Piececitos de niño, azulosos de frío, ¡cómo os ven y no os cubren, ¡Dios mío! ¡Piececitos heridos
Doña venenos habita a unos pasos de mi casa. Ella quiere disfrutar rutas, jardines y playas, y todo ya se lo dimos,
Ganas tengo de cantar, sin razón de mi algarada: ni vivo en la tierra de donde es la palma, Ni la madre mía
Amado Nervo, suave perfil, labio… Amado Nervo, estrofa y corazón en… mientras te escribo, tienes losa s… baja en la nieve tu mortaja inmens… y la tremenda albura cayó sobre tu…
Ojitos de las estrellas abiertos en un oscuro terciopelo: de lo alto, ¿me veis puro? Ojitos de las estrellas,
—A veces, mama, te digo, que me das un miedo loco. ¿Qué es eso, di, que caminas de otra laya que nosotros y, de pronto, ni me oyes
Vendrá del Dios alerta que cuenta lo fallido. Por diezmo no pagado, rehén me fue cogido. Por algún daño oscuro
Están redimiendo el cobre con las virtudes del fuego. De allí va a salir hermoso como nunca se lo vieron las piedras que eran sus madres
Doce son de todo tiempo las madres-araucarias. Cada leñador que cruza quiere tumbar la parvada, y halla que de la primera
Aquel mismo arenal, ella camina siempre hasta cuando ya duermen lo… y aunque para dormir caiga por tie… ese mismo arenal sueña y camina. La misma ruta, la que lleva al Es…
Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido
—Niño, tú pasas de largo por la huerta de Lucía, aunque te paras, a veces, por cualquiera nadería. ¿Qué le miras a esa mata?
Soy cual el surtidor abandonado que muerto sigue oyendo su rumor. En sus labios de piedra se ha qued… tal como en mis entrañas el fragor… Y creo que el destino no ha venido
Cuando el tumulto se alejó, desapareció en la noche, los olivos hablaron: –Nosotros le vimos penetrar en el Huerto. —¡Todos le miramos, con una sola y estremecida mirada! —Cuando habló ...