Este precioso soneto aparece en Poesías de la señorita Da. Gertrudis Gómez de Avellaneda (1841). En una edición de 1850, aparece datado en 1840 y modificado el último terceto:
Bajo otro cielo, en otra tierra lloro...
Donde la niebla abrúmame importuna...
¡Sal rompiéndola, Sol; que yo te imploro!