XLIX
Naturalmente que somos dos lujos
de la necesidad, no del ingenio
ni del orujo, de los amores brujos
bailan rumba en la tumba del milenio.
Lo urgente es frecuentar, con los amigo,
la clase de la frase nunca dicha,
contigo y con Vicente, por testigos,
no es tan de ayer el pan de la desdicha.
Menos da un diapasón anestesiado;
se lo digo, Carmela, a tu mirada,
que calla porque ha visto demasiado.
Lo que perdimos es casi nada,
ítem más, que nos quiten lo bailado,
en Tirso nunca falta una ensaimada.