CONSTANTES VITALES
Nihil novum sub sole
Tras el monte de la vuelta,
laderas de Tacoronte,
el vetusto y arcano sol
al lubrican sumergido
liba el brumoso horizonte.
Muta la sombra umbría,
nigromante noctámbula,
huye del fulgor del día.
Hacia su salobre féretro
nada el arroyo suicida,
insaciable lo absorbe el piélago
ávido de dulce vida.
Harán de peine a las dunas
los vientos de poniente.
La marea danza al compás
de la luna que mengua y crece.
Argumentos
que jamás cambiarán
Seguirá naciendo gente
y en el poniente, morirá.
