(1962)
#EscritoresMexicanos [1962-1968]
Ruidos confusos, claridad incierta Otro día comienza. Es un cuarto en penumbra y dos cuerpos tendidos. En mi frente me pierdo
Voces al doblar la esquina voces entre los dedos del sol sombra y luz casi líquidas
Shiva y Parvati: los adoramos no como a dioses, como a imágenes de la divinidad de los hombres.
La plaza es diminuta. Cuatro muros leprosos, una fuente sin agua, dos bancas de cemento y fresnos malheridos.
Paramera abrasada del amarillo al encarnado la tierra es un lenguaje calcinado… Hay púas invisibles, hay espinas en los ojos.
Dales la vuelta, cógelas del rabo (chillen, putas), azótalas, dales azúcar en la boca a las reje… ínflalas, globos, pínchalas,
No estoy en la cresta del mundo, El instante no es columna de estilita, no sube desde mis plantas el tiempo,
Nacida al borde de un ladrillo en un rincón del patio, brizna de yerba combatiente contra el aire y la luz, aire y luz ella misma.
Del amarillo al rojo al verde, peregrinación hacia las claridades… la palabra se asoma a remolinos azules. Gira el anillo beodo,
Relámpagos o peces en la noche del mar y pájaros, relámpagos en la noche del bosque. Los huesos son relámpagos
Quiso cantar, cantar para olvidar su vida verdadera de mentiras y recordar su mentirosa vida de verdades.
Arquitecturas instantáneas sobre una pausa suspendidas, apariciones no llamadas ni pensadas, formas de viento, insubstanciales como tiempo
Con la lengua cortada y los ojos abiertos el ruiseñor en la muralla Ojos de pena acumulada y plumaje de sangre
A Juan José Arreola Altos muros del agua, torres altas… aguas de pronto negras contra nada… impenetrables, verdes, grises agua… aguas de pronto blancas, deslumbra…
EN su tallo de calor se balancea La estación indecisa Abajo Un gran deseo de viaje remueve Las entrañas heladas del lago