Una sangre que viaja al centro
de un cuerpo que gime
y huye de sí mismo.
Se pierde en el travesaño
de cuatro paredes
que llamaste vida.
¿Qué hay más allá
de las caricias y
del tiempo perdido?
Una nada que
suspira con ganas
entre lamentos.
Quedan historias
y anécdotas
fulgurantes
que fulminan
el presente
y mi pecho.
El recorrido
del cuerpo y
la trayectoria que
busca lugares,
casas, pueblos,
junglas, manglares.
Hay casas al fondo,
donde habitan
Silencio y Paz.
Un sacramento
al fondo de una copa
de vino.
Lealtad juramos,
de leales venimos
desleales seremos.
Al final del viaje,
una pócima
del hechicero
que se confundió
con vino, sangre,
jugo y odio.