Con la paciencia de una hormiga
llevando su comida a la reina,
hago lo posible
por no perder la cordura.
Es poca la que queda.
Es poco lo que quedó
desde ese momento
del adiós recíproco.
Una patita en la ventana
de una mosca
queriendo mover el vidrio.
Recuerdo cuando con un beso
intentaba borrar
los errores de antaño.