Cuando la flor daba su último esfuerzo,
Había dos nubes sobre ella.
Ella sintió, con fuerza, su universo
Y las nubes le dijeron: bella.
Eso la revitalizó un momento
Pero su destino no cambiaría.
Las nubes corrían lento
Para observar aquella fantasía.
La rosa no se arrepentía de lo que hizo
Y, con la actitud, lo supieron las otras.
Ella siempre actuó como quiso,
Cantando, sintiendo las obras
Del tiempo, que ahora la mataba con amor.