Una noche lechosa de junio, plenilunio, nuestros ojos miraban a una a la luna con lánguido afán;

Corral de muertos, entre pobres ta… hechas también de barro, pobre corral donde la hoz no siega… sólo una cruz, en el desierto camp… señala tu destino.

Vidas de otoño son, crepusculares, con un sentido ambiguo e indeciso, sin que se sepa qué es lo que Dios… al crearlas decir. Con su pesares oscuros cruzan los campos y lugare…

Si tú y yo, Teresa mía, niíMa nos hubiéramos visto: nos hubiéramos muerto sin saberlo; no habríamos vivido. Tú sabes qué moriste, vida mía,

De fruta henchido el árbol de la v… yérguese enfrente al árbol de la c… lleno de flores de aromosa esencia por Dios á nuestros padres prohibi… Mas el provecho por el goce olvida

Era de noche; las estrellas, ojos del Padre nuestro lacrimosos, clar… a nuestra Madre, que en la noche e… dormía sus dolores, contemplaban. Yo, respirando el fresco de la noc…

¡Me dice, don Miguel, que metafís… me ha hecho el amor en agonía lent… «Metafísico estáis...» Es que me… de no esta’- junto a ella. Es que me está meando calentura

Todos los versos que te había escr… por mi mano, quemé; las cenizas, cumpliendo nuestro ri… piadoso derramé sobre ti, a lia puesta del sol, ho…

Yo, sin saber por dónde, junto a la reja estaba y al oído te hablaba de nuestro eterno amor; y tú, toda confusa,

Blanco estás como el cielo en el n… blanco está al alba antes que el s… del limbo de la tierra de la noche… que albor de aurora diste a nuestr… vuelta alborada de la muerte, porc…

En el silencio estrellado la Luna daba a la rosa y el aroma de la noche le henchía —sedienta boca— el paladar del espíritu,

¡Aquella tu honda inspiración enfe… Alzábase tu pecho —tal una ola—por amor del aire, y era entonces tu huelgo sollozo silencioso y recojido;

Contaba los instantes por el ritmo de tu pecho anheloso al palpitar, y mis ojos buscaban en tus ojos el misterio de aquella sed de amar… Sed. de vivir, Teresa... Vi en tu…

Es á la sombra del silencio santo bajo el silencio de la sombra augu… lánguidamente va volando el canto de una campana sobre la robusta rocosa serranía á la que el llanto

Al cautivarnos el Amor ¿sabía la suerte de su empresa? ¿O fué la Muerte la que unió prim… con sus manos las nuestras? Al vernos por primera v e z ...—¿n…