#Españoles #Generación98
Mi Teresa es española y mi España es tereaiana; vive mi alma siempre sola; mi patria es la del mañana. Aldonza hecha Dulcinea
¡Ay, el aprendizaje de la muerte! ¡qué larga Lección! Morir de no morir es cosa fuerte y huir del harpón! y cuando sepa la lección un día
Contaba los instantes por el ritmo de tu pecho anheloso al palpitar, y mis ojos buscaban en tus ojos el misterio de aquella sed de amar… Sed. de vivir, Teresa... Vi en tu…
«Déjame de pensar; el pensamiento es cosa de los hombres; las mujere… harto tenemos con cumplir deberes y nuestras pobres Quejes dar ai vi… Y deshacer los grandes disparates
Tu pobre dolido seno cuando lo abrías al sol, de luz y esperanzas lleno para quemar el veneno de la muerte, era un crisol.
Sobre tu pelo en que el sol se bañ… íbanse a solear en blancos copos las aladas semillas de los chopos bajo el desnudo cielo azul nevaba. Nevaba al borde allí de la chopera…
Me miró tu hermanita con tus ojos esta mañana y sentí del amor nuevos antojos y de una vida nueva, nueva gana. Pero de pronto desperté a la cuent…
«Tú has llorado»—te dije; y respon… «Es que me acabo de lavar los ojos… «Sí, por haber llorado...» «¿Qué quieres, Rafael? Estaba tri… ¿Motivos? Qué sé yo... necios ant…
No lo dudes, Teresa, fui Ramee y tú fuiste Julieta; no hay más que una pareja, que el… nuestro inmortal poeta,, va sin cesar rimando en rimas vari…
No me preguntes más, es mi secreto… secreto para mí terrible y santo; ante él me velo con un negro manto de luto de piedad; no rompo el set… que cierra su recinto, me someto
«Los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él.» Es lo que dicen los tontos cuando han perdido la fe en su tontería misma,
Si tú y yo, Teresa mía, niíMa nos hubiéramos visto: nos hubiéramos muerto sin saberlo; no habríamos vivido. Tú sabes qué moriste, vida mía,
El cuerpo canta; la sangre aúlla; la tierra charla; la mar murmura; el cielo calla
Reventó el Sol como una peonía en la lejana sierra, mis lágrimas sobre tu yerba verde brillaron como perlas. Brillaron como perlas de rocío
¡Aquella tu honda inspiración enfe… Alzábase tu pecho —tal una ola—por amor del aire, y era entonces tu huelgo sollozo silencioso y recojido;