#Españoles #Generación98
Me acuerdó del dechado de tu abuel… de abecedario ¿ótico de trazo, bordado en el pajizo cañamazo de sus días lijeros de la escuela Desprendíase de él, como una estel…
Tú no puedes morir aunque me muera tu eres, Teresa, mi parte inmortal… tú eres mi vida que viviendo esper… la estrella de mi flor breve y fat… «Y esa fui yo?—dirás—pues no sabía
Todos los versos que te había escr… por mi mano, quemé; las cenizas, cumpliendo nuestro ri… piadoso derramé sobre ti, a lia puesta del sol, ho…
Desde mi cielo a despedirme llegas fino orvallo que lentamente bañas los robledos que visten las montañ… de mi tierra, y los maíces de sus… Compadeciendo mi secura, riegas
Esa charca en que te viste la últi… vez que salimos al campo, está ya seca, Seco y sin yerba está su lecho agrietado. Se ha sorbido la tierra tu espejo;
La historia universal de una mañan… de nuestra villa querríamos saber, desde la hora en que suena la camp… de la capilla
Eran tus ojos en aquellas tardes dos alondras cobardes; eran como al volver de arar la yun… y mirándome ¡cómo los abrías! eran una pregunta
¿Recuerdas? Te mondaba una manzan… y me corté en el dedo del corazón; y tú, viendo la grana… sentiste al pronto miedo; mas, repuesta y riendo, me cojiste
¡Ave, María! El sol se. acuesta e… centered¡Ave, María! El verdor de su hierba está ya en… centered¡Ave, María! Por jní y por ella, ¡por nosotros,…
Oigo el susurro de la Muerte que… paso aterciopelado de pie desnudo, cauteloso arrastrarse como de cieg… que a tientas husmea, con olfato a… Y al sentir dé su ala-mano el nimb…
Me pongo a ateresar los universos por si logro sacarles el sentido que encierran y encerrándolo en mi… dejarlo para siempre florecido. Universos sin fin sueña mi mente,
Eran dos medallones tallados en la… medio ocultos estaban por un manto… Ella y él enlazados por guirnalda… que, como una balanza, partía de l… de los ojos vacíos de calavera pur…
«Cuando tú seas mía...»—te dije, y llevándote al pecho las manos te sentaste... «¿Qué es eso, Tere… «¡No es nada... el desmayo!» «Cuando tú seas mío...»—añadiste,
Las siglos son la historia, las horas el amor; va con la historia, gloria; con el amor, dolor Van pasando los siglos,
Tú sí que me conocías tal como nací a ser, cuando «¡niño!» me decías me sentía yo nacer. Ni mi madre . me miraba