Llevabas con tu mano a tu hermanita
de la mano, las letras
sobre el papel arando, y preguntaba:
«¿Qué dice aquí, Teresa?»
«Te quiero mucho dice, mucho... mucho...
ven, pues como no vengas
me muero... «Ay, me muero, ¡qué bonito!
Y cuando yo me muera
porque no viene ¡qué susto tan grande
se va a llevar, Teresa!
Y yo me reiré mucho del susto...
¡ya verás qué comedia!»
Y tú.: «Los muertos no se ríen, hija,
sino callan y esperan...»
«¡Uy, qué triste! Pues no quiero morirme....
no pongas eso... deja...»
Tu hermanita, Teresa, no sabía
qué es lo que nos espera...
¿Lo sabes tú?. ¿Lo sabes ya en la tumba?
¿Es que de mí te acuerdas?