Al cautivarnos el Amor ¿sabía
la suerte de su empresa?
¿O fué la Muerte la que unió primero
con sus manos las nuestras?
Al vernos por primera v e z ...—¿nos vimos
una vez la primera?—
al volver a encontrarnos en la vida
¿no nos unió la tierra?
Tú leíste en mis ojos el sentido
de tu breve carrera
por el siglo; leí en tu mirada
de mi vida la meta.
Romeros de una misma romería
en angosta vereda,
cojidos de las manos nos miramos
volando a ras de tierra.
Y nos llevó el Amor con su señuelo...
tú te has hecho ya eterna;
pronto me harás eterno al lado tuyo,
mi muerte, mi Teresa.