“Por obvias razones”
Me siento a pensar en mi alcoba.
A meditar lo bueno y lo malo,
Y por qué la felicidad ha tardado;
En visitar mi puerta hasta ahora.
Quizás no merezco,
Esas atenciones llamada alegría;
De no experimentar sucesos
Que no forman parte;
Parte de mi existencia peregrina.
A pesar de ser poeta,
Y como un buen trovador que soy;
No puedo llevar las riendas
De este absurdo sentimiento,
Y el insoportable aroma del amor.
La vida esta en contra,
¡De lo que hago y de lo que digo!
Mañana presentar mi queja
Y mi corazón quizás no entienda;
Las razones de mis caprichos.
Quizás la vida quiera,
¡Que yo solo viva embriagandome!
En altas horas de la noche,
Dando vueltas como un loco
Todo borracho, en los balcones.
“Mi vida es una batalla”
Mis sentimientos un campo minado,
Y con cada mirada que me veo
En regresar pobre y sin esperanza,
Y dar con la tristeza en el espejo
Viendo mi rostro todo desanimado.