Miguel Peñafiel

FELIZ QUIEN PUDIERA

Feliz quien pudiera

Feliz quien pudiera escuchar tu canto;
Las melodías en el eco de tu voz,
Dulce es el halago de tu aliento fresco
Tus palabras bellas, son de adoración.
 
¡Miradas bellas, envidiosas las miran;
Diamantes y perlas en ellos moran!...
Son tus pupilas, espejos que reflejan,
La luz, la esperanza, la plácida aurora.
 
Ante mis ojos, desapareces el mundo;
Cómo un ángel que anuncia el fin,
El alma turbas, al corazón enamoras,
Poniendo a hombres, a desfilar por ti.
 
Entre tanta belleza resistirme quisiera;
El fuego del amor es tan profundo,
De lejos y de cerca, sigo yo tus pasos,
Mientras otros te hablan en murmullo.
 
Mujer de los halagos, tu boca quisiera;
Tener tus labios de seda frente a mi,
Y besar tu rica boca que todos desean
Y en voz baja hablen la historia sin fin.

(2015)

Reserva derecho de autor.

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