Respirando el aire de mi linda tierra,
Observó y miró con tierno amor,
Los árboles, y veo que allí se aposenta
Una mujer con un vestido rojo,
Llamando a mi rostro, que la sintió.
Desde mi cuarto, aquí en mi ventana;
Soñé con Shirley mi gran amor,
Y la mujer de rojo con ira me decía:
Tú no serás el dueño de esa ilusión.
La mire directo a los ojos, y le dije;
¡Quién eres tu, acaso te conozco yo!
Ella me dijo: –yo soy la muerte–
Y estoy enamorada de tu corazón.
En los mismos pasos, que caminas,
Yo ando contigo, allá donde vas, voy
Yo he conquistado algunos poetas
Y tu formas parte, de mi colección.
No tendrás destino, el que yo te elija,
Echemos tu y yo, sobre las sombras,
Tu sobre la luna y yo sobre tu vida
Derramando melodías, a cada hora.
Entonces le dije: con una voz amorosa,
Esposa mía, tu eres la noche, yo el día,
Toma mi mano ahora y para siempre
Dime cuando partir, soledad, vida mía.