Desde el balcón de mi constancia,
Asomado observo a mi amor eterno;
En un hermoso día a la distancia
Escribo su nombre en mi cuaderno.
Me gusta ver su hermosa travesía,
No hay más mujer que vean mis ojos;
Y me mantiene en su bella fantasía
Como bella poesía para mis antojos.
¡Ah!, yo prefiero a esa bella mujer.
Fiel a mi lado aún de su ausencia,
A veces aquí en todo mi querer
Siento aprovechar de su inocencia.
Que no hay un día en la distancia
Me impida amarla con decencia.