El éxtasis que nos guía
El ÉXTASIS QUE NOS GUÍA por este círculo de vida, nos anuncia: una puerta oscura que nos arrastra pesadamente a la espesa penumbra de un oscuro cuarto. Nuestros ojos, pocos hechos para la luz, perciben muy poco los detalles; apenas trazan un círculo de luz anémica en su entorno, a la esencia de cada drogadicto o fumador.
Un silencio preside en la escena, triste, sobre las personas que con nerviosa mano toman el liquido espeso, y lo colocan en el tubo de la inyección para inyectarse en el brazo, la marihuana que pasa normalmente como un cigarro, y las sustancias blanquecinas que exhala el alma tenebrosa con un olor mareante. El olor del veneno que pasa a través del cerebro a tal punto que, momentos seguidos de entrar, sentimos una vaga somnolencia.
De pronto la vida nos parece bella, como una melodía que nos serena y nos ayuda a calmar; ante la necesidad de cualquier temor y sufrimiento. Se van percibiendo los cuerpos tendidos, iniciado en el obscuro vicio; con sus ojos parecidos “a la flor de la adormidera negra” sus cuerpos y sus manos traslúcidos con una palidez intensa...
Y luego nos vemos en la verdad amarga de nuestras vidas, que nos encuentran con menos valor para afrontarla; ante los ojos turbados por las bellas visiones pasajeras, con un asco profundo a la vida, a la muerte, y a nosotros mismos...
Y cuantos han perdido el anhelo imposible de abrir, la puerta con la misma llave del cuál se han encerrados, esa puerta del mundo real que permanece cerrada; que solo Dios sabe hasta que abismo, e infierno y pesadillas, uno puede llegar a librarse con la esperanza, de donde a veces; no se puede volver!...
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