En la sombra de un túnel oscuro,
donde el eco del dolor resonaba,
perdí mi rumbo, mi ser más puro,
aún la esperanza en el aire flotaba
Pero un día, una chispa encendí,
valiente de mí decidí renacer,
dejé atrás el peso que me hundía,
y empecé a aprender a querer
Las cadenas de ayer se rompieron,
cada paso, un nuevo amanecer,
la luz al final ya no es un sueño,
es mi vida que vuelve a florecer
Hoy abrazo mis cicatrices con fe,
son historias que me hacen más fuerte,
y aunque el camino tenga su vaivén,
mi alma ya no baila con la muerte