Marina Córdoba

Nuestra

El zig-zag de un asteroide efervescente
una Patria como zona de otro mundo
aterriza en mí despoblada
de su sombra nace una dócil llanura
 
En ademán de veneración me despliega
desdoblada sobre la mesa como
un mapa suyo o un mantel olvidado
hundiéndose en mí los profundos
surcos amarronados
de agua sucia
de sangre seca   y lesiones indelebles
 
Transitada por un tiempo anterior
preexistente o quizás prehistórica
descompuesta y recompuesta
pieza
por pieza
para luego
 
Ofrecerme con amor devocional al ensamblaje
donde sacrificadas
musas anteriores
evocarán en las marcas de mi cuerpo
las memorias solapadas que fantasmas
de otros días u otras vidas
me harán vivir de nuevo
quizá habitando su pasado
renazca idéntica
 
Escozor irreproducible sentimiento
de haber estado ahí
ahí sobre un mármol y fría recostada ser abierta
de par en par con el cuchillo y
mi piel geografía interrumpida
sin preguntas se abre a él placentera
 
Ahí    el bisturí
su   bisturí
que amado por perdido quiso allanar
cada negro insondable que me habita
aunque para mí
cada capricho       de orden superior
sea una amorfa    e injustificada imitación
 
 
Mi esfinge devorada por la espuma
sostiene un cáliz    su sombra se funde sobre mí
anclándose al suelo tan leve
como una blanda mata de pelo
sabe que rehuyo a lo concreto aunque soy sensible
al escrutinio de sus pétreos ojos
 
Su imagen desgajada
la fantasía de un sueño
Ella      ficción corporizada
y    buscándome
        buscándome
en añoranza de un tiempo que no fue
o de otro que no sé
ahí
aquel             renombrado bisturí
que torna en lienzo    a la corteza
 
Ya siglos más tarde
carcomida por aquel
espacio circundante
enverdeciendo
volviéndome una con todo aquello
nutrida por la ternura del rocío
bajo el cobijo abandonado de mi tierra
años después
nos ha vuelto una sola la mutua coexistencia:
 
El desecho amargo
extensión de otra era – y ya
de su bicentenario extensivo dolor
trascienden empuñaduras talladas sin pompas ni épicas
 
Y liviana como la arena
me deslizo entre las pesadas nieves y transformo
socavada por el silencio;
un permanente invierno anterior
que goza por lo unánime o absoluto
 
Iluminadas por el rumor
las ramificaciones en su cuerpo
de la vid sedimentada
yo recorro
sus cicatrices carcomidas
adorándolas de tal modo
que las confundo con las mías
 
Y remojando sus áridos labios
una vez más
hermanándonos
en el tacto como espacio de reminiscencia
su tristeza es mía
considero      hasta la locura
que todo lo humano    me es natural
 
La creación
es un imperativo de resistencia
 
Para crear un árbol es necesario
despojar
de la corteza la piedra rasgada por otros
todo eso   es lo que no nos pertenece
 
deshacernos
de las Patrias de los otros
y sus prosecuciones indiscretas
 
renacer
en Ella una vez más
para unidas
ser aquel placer total
retorno al destino circular
remover la tierra volverla limpia
virgen
nueva
 
volvernos
una
con la ambigua y fértil tierra
que fulgurante y mítica
está
mucho más que viva
mucho más que eterna
 
el futuro
es el único patrimonio para el desamparo
 
el futuro
recrear una trinchera
en las rúbricas de lo imaginado

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