Marina Córdoba

Cámara Lúcida

El tiempo termina de asesinar la ínfima permanencia de las imágenes en la memoria.
Progresivamente se deshizo la espacialidad necesaria de los paisajes y los lienzos.
Hoy el cuerpo es el único que asegura permanencia en los lugares más abiertos:
Aunque el azul tiene algo de inconcebible que penetra en el fondo del afán
—tan accidentadamente humano—,
De querer comprenderlo absolutamente todo.
 
Pero entonces yo miraba con amor a la persona detrás del lente.
Matábamos las horas, vió,
Las mutilábamos, así, como quien no quiere la cosa.
Así avanzaban los días: pero entonces no pensaba tanto en ciertas cosas.
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