Maria Romero

Una mierda

Yo creo que no conoces el amor de verdad hasta que no colisionan con alguien que te hace entender que amar a otra persona no implica tener que olvidarse de uno mismo.
Entendí que alguien que te hace obligarte a seguir sintiéndote importante, se merece todo el tiempo del mundo.
A partir de ahí, borré de mi disco duro todas mis falsas creencias sobre las perdices al final del cuento, los príncipes azules, las mariposas en el estómago y toda la mierda que nos venden sobre que querer a alguien debe implicar ser capaces de todo por ganarle. He añadido la cláusula de que nadie debe hacerme renunciar a mí.
Justo ahí, cuando conocí a P, me di cuenta de que al fin estaba sintiendo lo que era el amor de verdad, el sano. Se puede ser romántico y visceral queriendo con locura pero también con cabeza.
Y por querer con la cabeza hoy debo pensar para ser sincera, no sé cómo acabará este texto pero a veces, lo importante no es como terminan las cosas: sino como empiezan.
Así que vamos a dejar a un lado todo lo que me mató, y vamos a quedarnos con aquello que nos hizo fuertes. El trabajo siempre ha sido una excusa, y si quieres la podemos seguir utilizando; ya sabes, dijimos que me enseñarías, y puede que ahora sea el momento de hacerlo.
Podemos  escaparnos a un mirador que no conozca nadie, contarte que todo lo que no te he dicho de verdad, y escribirte algún poema sin que te des cuenta.
Y sí, te echo de menos algunas noches: reviso fotos, las ordeno, y pienso en el momento; en lo bonito que sería intentarlo .
Sé que no debería seguir pensando en ti cuando apago la luz al acostarme, pero sabes que nunca se me ha dado bien llegar a tiempo a ningún sitio, y también sabes que se me da peor aún olvidar todo aquello que otros hicieron por mí.
Así que ahora no quiero que digas nada, solo espero que sepas que yo no me he ido, ni tampoco pienso hacerlo, mientras quede tiempo, y algo de fuerza en mis manos. Porque ya lo sabes: no espero nada de nadie, pero todavía te sigo esperando a ti.
No te asustes, no te vayas, aquí queda una amistad, un amor que se confundió, jamás sentí tanta necesidad de no irme, de buscar y querer a alguien, nunca tuve ganas de no huir, quiero estar aquí, conocerte, quererte, cuidarte... dame tiempo  y  ya dejaré de escribir, ya dejare de sentir...

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