Maria Romero

Promesa optimista

No soy ejemplo de nada,
pues he descuidado –demasiadas veces–
lo que nunca debí descuidar.
Tengo errores que llevaré toda la vida,
palabras que hicieron daño,
cuchillos tirados al azar,
años de heridas sin querer.
 
Años de heridas sin querer.
 
Pero ahora te prometo que haré lo posible
por cuidarte.
Sobre todo, te prometo respeto.
Por encima de cualquier promesa.
Te prometo tener preparado un abrazo
para cuando el mundo azote
y ser una mano amiga cuando venga la caída.
Te prometo divertirnos, no aburrirnos,
no quedarnos en casa para verlas venir
sino salir y hacer que las cosas pasen.
Si el mundo es una aventura,
nunca es tarde para recorrerlo.
Te prometo tratar de vivir experiencias nuevas,
noches interminables,
pasar por la vida
y hacer que cada día sea una vivencia
que nos acompañe siempre.
Te prometo viajar, conocer, aprender,
aprovechar oportunidades, nunca fallar el tiro
y sobre todo hacer lo que siento
y sentir lo que hago.
Te prometo no arrepentirnos de las decisiones,
bebernos de un trago las consecuencias,
no tomarnos tan en serio las cosas serias.
 
Te prometo que la risa nos acompañará en la tristeza
y que la tristeza no será el oficio de las despedidas –porque no habrá despedidas–, ni de los momentos malos –porque no habrá momentos malos–. Te prometo tratar de hacerlo lo mejor posible,
dar todo lo que está en mis manos para no fallarte,
poner mi hombro y cargar contigo,
ser más humano, ser más cercano, ser más niño,
ser un poco más tú y un poco menos yo.
 
Te prometo no prometerte nada que no pueda cumplir.
El mundo está lleno de palabras vacías
y yo no quiero poner una piedra
sobre una montaña de nadas.
No te prometo un año inolvidable,
pero sí uno llenos de recuerdos.
No te prometo ser diferente,
sino ser indiferente con las cosas
a las que damos importancia
y no la tienen.
No quiero regalarte el oído
porque ya te sabes todos estos trucos.
Y si una imagen vale más que mil palabras,
aquí tienes mil y una promesa:
 
hacer que todo merezca la pena.

Otras obras de Maria Romero...



Arriba