Entramos en la niebla en plena ruta, atravesamos las montañas
y salimos a un camino limpio.
Entre muletas y lluvias ácidas,
sórdidas y encantadas
salimos del túnel.
Fuimos al acaso de las alturas
en sierras casi nevadas
y naturaleza esperando.
Nos perdimos en la bruma espesa y dura, entre indigentes, la calle de la tempestad
y la luna quieta.
Luces de carretera asoman
lejos de los cielos de luz.
Escapando de la ciudad
y de la multitud para descansar.