Martes de julio
El cielo soleado se convierte en lluvia,
nosotros no estamos en la plaza.
Pero se escuchaban los truenos,
se oían los tornados.
Pero no nos importó,
las lágrimas cayeron con nuestros
sentimientos de algo oscuro y de algo iluminado.
¿Por qué no me abrazaste cuando el tornado llegó?
¿por qué no me protegiste del sonido de los truenos?
¿por qué no me dijiste te amo cuando la lluvia y los tornados
empezaron?
Pero no nos importó,
pareciera que estamos en la plaza
discutiendo, mientras la lluvia caía y los rayos nos partían.
¿Por qué no me detuviste cuando el viento me alejaba?
¿por qué no estabas cuando el cielo se empezaba a poner oscuro?
¿por qué no apareciste cuando el caos de mis sentimientos me ganaron?
Pero no nos importó, ignoramos nuestras emociones y
vos te fuiste con otro caos
y desearía tener una maquina de tiempo
para prevenir el rayo, para ver qué hacías con ella,
¿estabas durmiendo? O ¿estabas provocando las lluvias que nos romperían?
No hay un nosotros cuando no me lo contaste,
solo hay vos y yo, mientras los cielos nos partían.
Ahora me doy cuenta que nunca fuiste un refugio,
nunca fuiste un lugar de protección, nunca fuiste un hogar
sino eras los tornados, los truenos y la lluvia que me partían.
