Leandro Fernández de Moratín

El que inocente

Oda.
Traducción de Horacio

El que inocente
la vida pasa
no necesita
morisca lanza,
fusco, ni corvos
arcos, ni aljaba
llena de flechas
envenenadas;
o a las regiones
que Hydaspe baña
o por las Syrtes
muy abrasadas,
o por el yermo
Cáucaso vaya.
 
Yo la sabina
selva cruzaba,
cantando amores
a mi adorada
Lálage, libre
de afán el alma,
por muy remoto
sitio, sin armas;
y un lobo fiero
me ve y se aparta.
Monstruo igual suyo
no tiene Daunia
en montes llenos
de encinas altas
ni los desiertos
de Mauritania,
donde leones
y tigres braman.
 
Ponme en los yertos
campos, do el aura
no goza estiva
ninguna planta:
lado del mundo,
región helada
que infestan vientos
y nubes pardas,
o en la que al rayo
del sol cercana,
de habitaciones
carece y aguas;
Lálage siempre
será mi amada:
dulce si ríe,
dulce si canta.
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