Leandro Fernández de Moratín

Soneto

A la Capilla del Pilar de Zaragoza

  Estos que levantó de mármol duro
sacros altares la ciudad famosa,
a quien del Ebro la corriente undosa
baña los campos y el soberbio muro,
 
  serán asombro en el girar futuro
de los siglos: basílica dichosa
donde el Señor en majestad reposa,
y el culto admite reverente y puro.
 
  Don que la fe dictó, y erige eterno
religiosa nación a la divina
Madre, que adora en simulacro santo.
 
  Por él, vencido el odio del Averno,
gloria inmortal el cielo la destina,
que tan alta piedad merece tanto.
Otras obras de Leandro Fernández de Moratín...



Arriba