#EscritoresEspañoles
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
No hay nada gratis. Ni siquiera lo que es gratis es gratis de verd… Siempre te lo descuentan
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo