#EscritoresEspañoles
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
Tienes veinte años, tienes a la vida por el cuello a tu merced; pero no es suficiente,