El uno se arrodilla dulcemente el dos tiene las trenzas de papel, el tres llena de plata los triángu… el cuatro no solloza, el cinco no devora el Firmamento,

Como si los leones devorasen tu cu… corriera sobre el mármol escaso. Así te miro, pensando en el sagrado día de tu muerte, cuando un sepulcro inmenso beberá…

Todo se ha muerto ya cuando contem… tus senos de ceniza entre las hoja… doradas de un silencio grave como la espada vertical con que todo se corta.

Con mis ojos escucho, con mis ojos de menta y de cristal desmesurado. Con mis ojos de piano en el ocaso, con mis ojos de tigre y de cerezo. Con mis ojos escucho los acordes,

Las mujeres con pechos de papel alumbran la armonía de los prados. A las ventanas vienen los venados bajo un cielo de páginas de miel. Detrás de esa cortina hay un donce…

Ira, suma, lira, ¿será rimar? Como si los leones devorasen tu cu… corriera sobre el mármol escaso. Así te miro, pensando en el sagrado día de tu muerte,

Pienso en la claridad de tus cabel… en la azulada línea de tus ojos yen el espejo blanco de tu rostro circundando de espacio y oro verde… Pienso en el corazón que se asomab…

El palacio de plata resplandece en medio de las aguas del abismo y las coronas arden con dulzura. Y la dorada rueda de las rosas levanta su cabeza de aire blanco.

Donde tu aparecías de cristal, tu cuerpo de cristal tú aparecías entre las hierbas blancas donde tú… En la blancura inmensa de la torre… del bosque de las rocas, de las nu…

Relámpago de carne hecha de roca, gesto de invocación incorporada; anciano de cristal cuya mirada parece un girasol de doble boca. En tu oración la luz se ha vuelto…

Los cisnes son las alas de las alm… las alas de las alas, las alas de las almas de las alas, los álamos del alma, las almas de los álamos,

Dios con siete collares planetario… con mujeres de piedra y pensamient… con aullidos de cal en movimiento con relieves y rojos santuarios. Hasta las altas llamas son sudario…

Cada grito que pide un lunar eco es la sed que atormenta a un árbol… Cada piedra que sola se levanta es la estela de un dios que nadie… Cada surco de cal, cada amargura

Eternidades eran cuando tú eras la virgen de mi círculo enlutado. Me aparto de mí mismo y de tu lado olvido tus plateadas primaveras. Tus manos de mis páginas de ceras

En tus muslos de rosas y de arena la lontananza grave de mi sino, el desatado mar de mi destino sabe la claridad y así la ordena. En tu torso que el sol desencadena