Pienso en la claridad de tus cabellos
en la azulada línea de tus ojos
yen el espejo blanco de tu rostro
circundando de espacio y oro verde.
Pienso en el corazón que se asomaba
a la música densa de tu voz
y que se difundía en el paisaje
que sólo te podía responder.
Pienso en la soledad del mar oscuro,
en la del muro gris en que resido,
Bronwyn, y en la locura de saberte
perdida en la espiral más divergente.